El último gran Assassin’s Creed: el encantador Black Flag | Opinión por Sebastián Arenaldi


Edward Kenway junto a Barbanegra y Adewale en el

Ubisoft está de cumpleaños. La compañía cumple 36 años desde su fundación el 28 de marzo de 1986 y por lo mismo creí que era buena idea hacerle un homenaje a uno de sus juegos que más me marcó: el mítico Assassin’s Creed IV, el último grande de la saga.

Corría 2013, un año lleno de lanzamientos importantes en la industria de los videojuegos. Me había comprado la XBOX 360 hace poco y estaba emocionado jugando Grand Theft Auto V, que en esa época, era la novedad más grande de todas.

No tenía muchos juegos para probar, por lo que mi cuñado decidió regalarme un juego recién salido del horno: el nuevo Assassin’s Creed. En ese momento lo agradecí y lo recibí con gratitud, pero honestamente no tenía mucho interés en probarlo. Lo conocía de nombre y tenía amigos que eran fanáticos acérrimos, pero no lograba llamarme la atención. Sin embargo, un día le di la oportunidad, sin saber que esa jornada cambiaría mi vida.

La historia te atrapa desde el primer instante y es que las aventuras de un pirata del caribe a mediados del siglo XVIII es una idea bastante atractiva desde el comienzo. Además, la llegada a La Habana es la bienvenida perfecta para una aventura sin precedentes.

Poco a poco vas conociendo al protagonista Edward Kenway y si bien es bastante arrogante e incluso terco, su carisma hace que te caiga bien de inmediato. Su avaricia en un comienzo puede parecer un poco vacía, digna de un pirata normal y corriente que no tiene nada más para ofrecer, pero conforme va avanzando la trama, sabes cuál es su principal motivación: ganar dinero para poder regresar a Inglaterra y darle por fin una buena vida a su esposa Caroline.

Llegó por accidente a vestir el atuendo de un asesino, culto que tanto él como yo desconocíamos completamente. Quizás ahí radica mi amor por el juego, ya que hasta cierto punto, sentía que estábamos pasando por el mismo camino y al mismo tiempo. Empatizar con él es fácil y más aún si eras nuevo en la franquicia.

La hermosa ambientación y la espectacular banda sonora, hace que estés muy inmerso en el mundo que te ofrece el juego. Más allá de ser un buen producto, es una gran experiencia, sobre todo para los que nos gusta bastante la historia. Es incluso satisfactorio cruzar con un barco pirata por las paradisíacas islas del caribe.

Nassau, Kingston, La Habana y todas las localizaciones que hay en el gigante mapa, están muy bien hechos y se ven francamente impresionantes incluso a día de hoy, aunque hayan pasado poco más 8 años desde su lanzamiento.

La interacción con los otros personajes también es genial, sobre todo porque los amigos de Edward, de hecho, existieron en la vida real:

Edward “Barbanegra” Thatch se ve tan imponente como siempre y a pesar de ser un poco agresivo, le agarras cariño y profundo respeto rápidamente, por lo que su espectacular muerte te pega extremadamente fuerte.

La impresionante Mary Read, o James Kidd como se hace llamar, te acompaña desde un principio y te lleva de la mano al credo. A pesar de su personalidad tan ruda y cool, se preocupa por Kenway de manera genuina y quiere que enderece su camino, que madure. Si a eso le sumas el hecho de que es considerada como un verdadero ícono de lucha, debido a que junto a Anne Bonny se hicieron de un prestigio importante en un mundo extremadamente machista, violento y peligroso, hace que la admires más allá del videojuego.

De izquierda a derecha: Jack Rackham, Adéwalé, Edward Kenway, Barbanegra y un pirata del Jackdaw.

Así como estos, hay otros personajes que también tuvieron cierto peso en la época de oro de la piratería y que cuyos nombres fueron inmortalizados en este videojuego como Jack Rackham, Benjamin Hornigold, el sabio Bartholomew Roberts e incluso el mismísimo Stede Bonnet. De esta manera, el lore es mucho más interesante, le da otra profundidad.

Sin embargo, si somos realmente minuciosos, salta a la vista rápidamente que el juego termina por romantizar a personajes que, en la vida real, no fueron precisamente grandes personas. Despiadados, avariciosos y adictos a la violencia, aparecen aquí como verdaderos héroes en busca de libertad.

Quizás, solo quizás, fue hecho a propósito para enfatizar aún más el interesante mensaje que tenía el sucesor de Black Flag, AC Rouge, donde encarnabas a Shay Patrick Cormac, un templario que abandonó a los asesinos porque no estaba de acuerdo con sus propósitos y sobre todo con sus métodos. De esta manera, a diferencia de sus antecesores, Ubisoft buscaba dejar claro que no hay negros ni blancos, que “los malos” no son siempre tan malos y que “los buenos” no son siempre tan buenos, todo depende del punto de vista en que lo veas.

Otra cosa que hace que este juego sea maravilloso es que, sin tocar de manera directa la mítica trama de los asesinos vs templarios, mantiene completamente la esencia de la franquicia. La libertad contra el orden establecido. El lema “nada es verdad, todo está permitido” está más vivo que nunca en esta entrega y Edward es la personificación de las creencias del credo, motivo por el que creo que es el último gran protagonista de la franquicia.

Aunque tiene fallas bastante grandes, como el hecho de que nuestro protagonista pase de ser un simple pirata, a un asesino con la experiencia y habilidad de Ezio Auditore con solo ponerse el atuendo de un miembro del culto. Esto es algo francamente malo y flojo por parte de Ubisoft.

La dificultad también es un punto negro. El sistema de combate es tan sencillo, que en caso de que no seas sigiloso y te descubran en pleno fuerte enemigo, no sientes nada de miedo porque con dos botones eres capaz de deshacerte de un ejército entero sin siquiera recibir daño. Eso sí, mejorar el Jackdaw e ir a enfrentarte a los Superbarcos como la Dama Negra o el Impoluto es un verdadero desafío que se siente muy gratificante.

En conclusión, Black Flag es una obra maravillosa que está en el top tier de los mejores Assassin’s Creed de la historia. Un juego completamente recomendable y que si le dedicas el tiempo necesario, prometo puede marcarte para siempre con su historia emocionante y entretenida. 


Publicado: marzo, 2022


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