La plataforma entrega dineros a los desarrolladores según el tiempo que los gamers disfruten de sus títulos.
Google Play Pass acaba de debutar en Estados Unidos y rápidamente algunos estudios de desarrollo expresaron su molestia por el modelo de negocios que practica este servicio de juegos por suscripción.
Lo que pasa es que la compañía paga a los creadores de contenido en base a las horas de juego, algo que afecta a los juegos más simples y que requieren de menos tiempo.
Los dardos apuntan a que este modelo pay-per-stream favorece a los juegos que mantienen a los gamers más tiempo pegados a sus pantallas, sin importar cuál sea su real aporte.
Para tranquilidad de los enfadados, Google indicó que su política «no es inamovible», y que está abierto a irla cambiando en base a los comentarios de sus clientes.
Publicado: septiembre, 2019